La
clonación es un tema que durante décadas estimuló la imaginación de los
científicos y la entera humanidad, finalmente es una
realidad frente a la cual los seres humanos nos encontramos, como diría Juana
se Asbaje, “como niños que han puesto el coco y ahora le tienen miedo”.
En
la terminología genética, la clonación implica un conjunto de métodos y
técnicas de laboratorio que producen réplicas idénticas del material “clonado”.
Estas replicas se refieren a la misma constitución genética, es decir de los
mismos genes, y por añadidura, el mismo o muy semejante aspecto físico
(fenotipo). Desde 1950 se clonaron los primeros animales vivos que fueron los
sapos a partir de células embrionarias y óvulos. Con el mismo procedimiento en
los años 80 se clonaron ratones, hasta llegar el 23 de Febrero de 1997, cuando The
Observer dio la noticia de que Ian Wilmut, un científico escocés, y sus colegas
del Roslin Institute, habían clonado exitosamente a una oveja a través de una
técnica novedosa: el transplante del material genético de una oveja adulta,
obtenido de una célula somática diferenciada en un óvulo del cual había sido
removido el núcleo. El nombre de Dolly, nacida el 5 de Julio de 1996, circuló
por todo el mundo y, con la noticia de su nacimiento, la proliferación de
cuestionamientos éticos, religiosos, jurídicos y políticos que han confirmado,
una vez más, los problemas que tienen que ver con el individuo considerado su
integridad humana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario